viernes, 26 de marzo de 2010

El Borbón sigue fiel a su estirpe


Francisco Garrido.
Fué Fernando VII, ese rey que no solo era imbécil sino que lo parecía, el que cerró universidades, como la de Barcelona y abrió, por vez primera, escuelas taurinas. Antes había clausurado la libertad y la justicia de la constitución de Cádiz y abierto , de nuevo, las puertas a la ignominia del antiguo régimen, a los privilegios, al despotismo más cerril y menos ilustrado. Los borbones, esos bobos coronados, han defendido y representado siempre en la historia de los pueblos de España la más negra de las tradiciones . Hoy fiel a su estirpe Juan Carlos I sale, en Sevilla, en defensa de la cruel tradición de matar y torturar toros.
Y esta declaración del Borbón ha sido hecha en el marco de unos premios universitarios-taurinos que organiza una institución que es todo un modelo de “modernidad y tolerancia”: la Real Maestranza de Caballería. ¿Quiénes son los maestrantes? Aristócratas terratenientes y ganaderos que organizaron y financiaron el golpe fascista del 18 de julio y la dictadura franquista resultante. Pertenecientes a una clase social que fueron los beneficiarios directos de los campos de concentración fascista como el del “canal de los presos” en Sevilla (construyeron el canal de riego del bajo Guadalquivir) y en él trabajaron y murieron miles de presos políticos en régimen de esclavitud .
El acto en cuestión es un disparate académico donde se reparten premios , a partes iguales, a los mejores proyectos de investigación de la universidad de Sevilla y a las mejores faenas taurinas de la última feria. Es decir, escuchen bien, en estos premios se equipara, por ejemplo, la última investigación sobre el cáncer de colon con las mejores estocadas o banderillas en el dolorido lomo de ese mamífero superior que es el toro. Enorme mensaje para la juventud andaluza, hay dos caminos para la excelencia (que diría el cursi de Griñán) : banderillero o neurobiólogo, matador de toros o especialista en termodinámica. Tanto monta, monta tanto…
En la entrega de los esperpénticos galardones también estuvo Griñán y la ministra de igualdad Aido. La relación entre la igualdad , los maestrantes y la tauromaquia es para mí tan misteriosa que no descarto alguna interpretación fascinante, de esas que hace Gómez Pin . Lo que no tiene nada de fascinante es Griñán, que cometió la tropelía de vincular los toros a la cultura emprendedora y creativa de los andaluces. La foto final de familia quedó bonita: el Borbón, los maestrantes, los toreros , los investigadores, el rector, Griñan ,Aido…¿será esta la tercera modernización?

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