viernes, 19 de marzo de 2010

¿Qué pensará?


Este autobús es feo con ganas, pero estos pardillos alucinan de verme aquí sentado. Si yo hubiera gestionado esta línea de autobuses no estaría tan deteriorada. Tonterías ¿qué hago yo preocupándome de esto? Más vale que piense en cuál de los contratos que me han ofrecido las teles es el mejor. Muy sencillo, el que me diga cómo ocultarme de los buitres de Hacienda, que son peores que la Guardia Civil ¡La Guardia Civil, Dios mío! Me perseguirá siempre, más que a cualquier delincuente. La llevo dentro, tanto que mi nombre y el de la benemérita están indisolublemente unidos, hagan lo que hagan los pardillos que mandan ahora. No hay ningún nombre que se asocie tanto a la GC como el mío.

Y el Colegio de Ingenieros ¿qué pensará de todo esto? También ellos podrían perseguirme, pero después de todo, también están íntimamente unidos a mí ¡Ese título! Quizá sea tarde para sacármelo, pero sería un pelotazo. Esa podría ser una gran primicia y, a buen seguro, titular de todos los diarios. Este país sigue siendo prometedor para mis negocios. Sólo tengo que pensarlo bien y hacerlo mejor. No puedo ir por la vida como antes, me pasé un poquito, eran otros tiempos y aquí nadie nos chistaba, podíamos hacer lo que nos diera la gana, si no hubiera sido por la puta prensa de los cojones ¿a quién si no se le iba a ocurrir investigar al Director General de la Guardia Civil, que es quien debe investigar a los demás? Si hubiera sido más discreto…la verdad es que en aquellos tiempos hacíamos cada cosa. Sin ir más lejos, me acuerdo de ese cabucho que no paraba de sacarme panfletos acusándome de todo y nadie le hacía caso, salvo algunos enemigos nuestros, que no pintaban nada.

De todas formas, está claro que la gente no aprende. Mira los del caso Gurthel, con mucho menos poder que yo, la que han liado. Y los espionajes de Madrid ¡si se dejaran asesorar! No sería mala idea. Un buen consulting, para evitar tanto trabajo de aficionado como hay ahora. Eso sí, tendríamos que adaptarnos a los tiempos que corren, la informática juega malas pasadas, los móviles lo han cambiado todo, lo que continúa igual es lo de los traidores ¡Esos sigue habiéndolos por todas partes! ¿Qué querrá el Tamayo ahora, se le habrá acabado el dinerito? Ese tiene tantas cosas guardadas que sería un socio interesante, pero yo no traicioné al partido. Él sí. Con gente así no se puede ir muy lejos. Lo que me cabrea tela es la oportunidad que me perdí. La que tuve que liar con los contratos y resulta que poco después todo el mundo estaba especulando como locos ¡Ay si me pilla esa época en mi puesto! Llegó el Rato y convirtió el suelo en el negocio del siglo y detrás todos a correr, mucho desarrollo sostenible pero ladrillo pacá, ladrillo pallá ¡Y yo entre rejas, no me lo perdono, con los contactos y la experiencia que yo tengo! Me hubiera venido bien un título de arquitecto, pero tampoco era necesario, total, con ser promotor y contratista…Pero no puedo dar rienda suelta a mi imaginación, después de todo, ahora hubiera tenido que cerrar, despedir trabajadores y si no, ahí está el presi de la patronal ¡vaya carrera que lleva! Y seguro que tiene título. Sin embargo, estoy seguro de que su pasta sigue siendo la misma. Quizá me equivoqué de vida. No sé, tengo que pensar, vísteme despacio que llevo prisa.

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