domingo, 29 de noviembre de 2009

La Refundación en "El País" y "Público"

IU pide ayuda a la calle para refundarse
La formación quiere ensanchar sus bases y renovar el programa en 2010
VERA GUTIÉRREZ CALVO - Madrid - 29/11/2009

"Ayudadnos a mirar, ayudadnos a actuar", dijo -casi rogó- el diputado Gaspar Llamazares después de dos horas de discursos. Se lo pedía a las cerca de mil personas que ayer se juntaron en la sede de CC OO en Madrid para respaldar la "refundación de la izquierda transformadora" que IU promete abanderar. Había muchos militantes de esta fuerza política y del PCE, pero también sindicalistas, miembros de movimientos sociales, ecologistas, feministas, asociaciones de inmigrantes y de solidaridad, escritores o simples ciudadanos deseosos de conocer la receta de esa izquierda renovada en plena crisis capitalista.
Lara: "Hoy parimos un cristal delicado y esta vez no se nos puede romper"
La "refundación" -de su programa, de sus mecanismos organizativos, incluso de sus siglas si llega el caso- la anunció IU hace ya un año y deberá consumarse en una Asamblea extraordinaria en junio de 2010. La consigna es convencer a cuanta más gente mejor, recuperar a algunos que huyeron desencantados e incorporar a quienes siempre han hecho política desde la calle y nunca desde las instituciones. "Lograr que activistas sociales se conviertan en agentes políticos", resumió Enrique Santiago, secretario de Refundación. No es la primera vez que la izquierda propone eso, pero IU sostiene que ésta es la definitiva.
"Nos comprometemos a trabajar para que todas las personas, organizaciones y grupos activos que nos reclamamos de la izquierda empecemos a converger en un espacio común de deliberación y aprendizaje colectivo", reza el manifiesto para el que IU pide adhesiones. ¿Cómo se hará esa convergencia? Con foros de debate "a nivel de barrio, de centro de trabajo, de ciudad, de comarca y mancomunidad, de comunidad autónoma, nacionalidad histórica y también a nivel de todo el Estado". ¿Con quién se quiere converger? Respondió Cayo Lara, coordinador de IU: con todo el que abrace una serie de reivindicaciones "utópicas" que recitó y que en realidad viene a ser el programa electoral de IU.
"Hoy parimos un cristal delicado y esta vez no se nos puede romper, porque hay necesidad social de una izquierda alternativa. Tenemos que hacer lo posible para que esta esperanza no se frustre. Las puertas de IU están abiertas de par en par", dijo Lara.
La escritora Rosa Regás pidió que la izquierda deje de "inhibirse" y propuso un plan de acción: "Protestar sistemáticamente". Lara Hernández, "activista estudiantil", reclamó a IU que tienda un puente entre "el trabajo en las instituciones y los frentes de masas", que haga "política real". "Somos muchos aquí, pero faltan muchos", advirtió el escritor Isaac Rosa. Y hubo también quien subió a la tarima para sacar los colores a IU por no apartarse claramente de "los tejemanejes" en Caja Madrid (la formación tiene un vicepresidente en la caja).
Sólo de Llamazares se escuchó algo que sonó autocrítico: "La crisis es también de la izquierda, de nosotros mismos. Reconocerse parte de la crisis es imprescindible".


IU y la refundación de la izquierda
28 Nov 2009
ENRIQUE SANTIAGO ROMERO
La hegemonía política, económica e ideológica del capitalismo como sistema regulador de las sociedades en el siglo XXI es una de las mayores paradojas de la historia. Se trata de un sistema económico que condena a los países del Sur, pese a ser los mayores poseedores de riquezas naturales, a depender de los países ricos. Un sistema que necesita para sobrevivir que más de mil millones de personas subsistan con menos de dos dólares al día y que en los países más ricos no sólo se renuncie al pleno empleo, sino que se fundamente la inmensa acumulación de riqueza por unos pocos en elevadas tasas de desempleo (hoy casi un 20% y al alza en España) y en la generalización del trabajo precario e infrapagado para jóvenes, mujeres, trabajadores no especializados y profesionales de clases medias.
La capacidad de hegemonía ideológica del sistema –gracias a su poderoso oligopolio de ideas y medios de comunicación– es tal que hoy día la opinión pública lo asume de forma mayoritaria como el único posible, sin que los ciudadanos seamos capaces de creer en la viabilidad de un sistema social alternativo.
Muchos creemos que la dificultad para que se abran paso nuevas propuestas alternativas que se asuman como viables y deseables por la mayoría social obedece a la falta de consistencia de una alternativa política de izquierdas en España. Probablemente se debe a la ausencia de un amplio y plural movimiento político que aglutine a todas aquellas voces que desde lo más cotidiano (el mundo del trabajo, los movimientos sociales, el mundo académico y cultural, la defensa del medio ambiente y de la solidaridad internacional, la defensa de los derechos de la mujer y de la identidad sexual…) apuesten por hacer realidad un nuevo programa político que aspire a garantizar la totalidad de los derechos humanos –civiles y políticos, pero también sociales y económicos– recogidos en la Declaración Universal de 1948.
Ni la socialdemocracia europea ni, en especial, la española –apoyando la financiación a las grandes corporaciones financieras y con su renuncia a un sistema fiscal progresivo– apuestan hoy por otra opción que no sea gestionar el sistema capitalista en crisis para reflotarlo con rostro humano, para alborozo del gran capital financiero y especulativo.
En el olvido quedó también la apuesta de la socialdemocracia española por las libertades civiles, con la renuncia del Estado a exhumar los cuerpos de los miles de republicanos sepultados en fosas comunes, la supresión de la jurisdicción universal para la persecución de crímenes contra la humanidad, el retroceso del compromiso de España con los refugiados (con la nueva Ley de Asilo, aprobada por PP y PSOE), el endurecimiento de la Ley de Extranjería o su defensa de regímenes políticos como los de Colombia, Marruecos o Guinea Ecuatorial por los beneficios de las multinacionales españolas, cuyos intereses privados confunde el PSOE con los de todos los españoles.
Hace un año, la IX Asamblea Federal de IU lanzó como principal propuesta a la sociedad un llamamiento para la refundación de la izquierda anticapitalista, alternativa y transformadora de nuestro país, convencidos de que existe un espacio político en ese ámbito que, tal y como ocurre en Alemania, Francia, Portugal, Grecia y otros países de nuestro entorno, puede ser activamente ocupado por los ciudadanos.
Ese proceso de refundación ya ha empezado, pero no con el objetivo de que alcance sólo a lo que hoy está organizado en Izquierda Unida o lo que estuvo en el pasado. Las elecciones europeas evidenciaron que en España la única propuesta organizada de izquierda anticapitalista con suficiente implantación y entidad para vertebrar ese proceso es IU. Pero también pusieron de manifiesto que los resultados de la actual Izquierda Unida, sus actuales componentes y sus actuales propuestas no son suficientes para dar el salto cualitativo que requiere lanzar ese nuevo programa si queremos que tenga posibilidades reales de convertirse en alternativa de sistema social y de poder.
De forma unánime, los hombres y mujeres de IU lanzamos a toda la sociedad civil y, especialmente, a los activistas por los derechos humanos en el sentido más amplio (sindicalistas, feministas, ecologistas, defensores de lo público, trabajadores de la cultura…) una propuesta de construcción simultánea de ese nuevo programa político y de la organización que aspire a llevarlo a la práctica: sin exclusiones, sin limitaciones al elaborar nuevas propuestas políticas, sin miedo a debatir ideas para alcanzar grandes acuerdos, sin recelos y sin reproches por enfrentamientos pasados.
Un proceso en el que todas las mujeres y hombres de izquierdas participen de igual a igual al margen de su militancia política o social, articulado en torno a foros de elaboración de propuestas que deberán surgir en cualquier lugar de encuentro, de trabajo o de estudio. Un proceso de construcción del nuevo movimiento político y social que, conforme a los criterios participativos de elaboración de propuestas y toma de decisiones adoptados por el movimiento altermundista, ofrecerá soluciones reales a los problemas de la sociedad y llevará a la práctica esas soluciones, si la ciudadanía nos da el suficiente respaldo para hacerlo.
Es un proceso para poner en marcha una nueva izquierda anticapitalista que construya sobre el triste recuerdo de este sistema injusto uno nuevo republicano, federal, socialista y en equilibrio sostenible con nuestro planeta, en el que prime la justicia social y la igualdad de derechos de todos los ciudadanos del Estado. Es el momento de dejar de lamentarnos y sumarnos a la construcción de esta alternativa.
Enrique Santiago Romero es Secretario federal de Refundación y de Relaciones Políticas y Sociales de IU

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