domingo, 6 de julio de 2008

Joseph Serradell




Su nombre de guerra era "Román", lo conocí en 1984 y fue, con seguridad, el constructor del PSUC en la clandestinidad franquista. Algunos dicen que la mayor parte de su trabajo lo hizo en el metro de Barcelona, pero es sólo un chiste para ridiculizar un trabajo de un mérito incuestionable. Padecía parkinson y recuerdo la pericia con que se tomaba los cafés sin derramar una sola gota. Recordaba el café como el único consuelo que tenía en las trincheras de la guerra civil, cuando llegó a estar hasta una semana sin dormir y yo pensaba si el parkinson se debía al café o a la vida tan azarosa que tuvo desde su juventud. Pocos años después de la guerra, en la época de Monzón, el "Partido" se la jugó desde el exterior. No sentaban muy bien en la dirección esos jóvenes audaces que se empeñaban en crear organización en el interior y en hacer análisis propios de la situación en España. Desde México se comprendían mal las cosas de aquí. Ya le había pasado a Heriberto Quiñones, poco antes. Ahora le tocó a Monzón y de paso a Román. Lo dejaron en Madrid sin documentación, es decir, con la suya auténtica lo cual equivalía a pelotón de fusilamiento. Tuvo que largarse a Barcelona y se puso a trabajar en el puerto, de estibador; "allí supe lo que es estar derrotado físicamente", comentaba con abatimiento. Pero el PSUC terminó contactando con él y desde entonces se dedicó a la construcción del mismo sin que nunca lo detuvieran, fue mucho tiempo contacto con la guerrilla y responsable de organización hasta la ruptura dirigida por Carrillo y Frutos.
Cuando se conoce a gente como Román, se puede explicar uno porqué los comunistas están casi siempre en el tajo cuando hay una dictadura militar o fascista, incluso se entiende que la represión más cruel nunca acabe del todo con la organización. Era "la gota voraz" y dirigía el trabajo organizativo con una gran dedicación. Pero los avatares políticos siempre se conjuraron para destruir su trabajo de hormiga comunista. En 1977, le preguntaron en Interviú:
- ¿Es usted seguidor de Carrillo?
- Yo a Carrillo lo sigo, pero de lejos
Román fue, como tantos otros y durante muchos años, un resistente contra el golpe militar y el fascismo. Las personas que sufrieron directamente la guerra civil y sus secuelas, la posguerra y décadas de lucha clandestina deben de gozar de un plus de comprensión por parte de los que no hemos llegado a la conciencia política hasta los últimos años del franquismo. Este es el caso de "Román", Serradell, una persona que vivió todos los avatares de la lucha de clases en el siglo veinte y siempre desde la misma orilla y a pié de tajo. No se puede ni se debe estar de acuerdo con algunas de las convicciones ideológicas de este hombre, pero al ver su biografía se le comprende. Lo que no es comprensible desde el punto de vista histórico, político ni ideológico es la secta estalinista que se ha adueñado del Comité Provincial del PCA de Sevilla. Pero esa es otra historia.




1 comentario:

Anónimo dijo...

he compartido con roman muchas horas y de cafe solo tomaba 1 al dia por recomendacion de su cardiologo....